¡Arriba! El día se acerca, y después de una pavorosa noche donde han cometido maldades sin fin, los monstruos están agotados. Quieren regresar a sus mansiones a descansar. En tren, claro, el medio más rápido. Draky, Wolfie, Mummie y Frankie se disponen a viajar. Cada jugador tiene los cuatro monstruos, pero ocultos, de forma que sólo él sabe quién está en cada ficha. ¡Oye!, que esta no es mi estación, y no me quiero bajar. ¡Eh! dejen de mover el tren, que yo paro aquí. Pero, ¿a dónde me llevan? Esto es un terrorífico caos.
Este es un juego infantil estupendo. Tiene una mecánica muy sencilla, descrita en detalle en la reseña que ha hecho un compañero en este mismo blog (no dejes de leerla). Pero hay que emplear estrategias que se pueden complicar bastante. Incluso para un adulto. De nada te ha servido que lleves a tu monstruo a su estación si inmediatamente te desplazan el tren. Entonces, ¿cuál subo? Porque a veces permanece toda la ronda en la misma estación y puedo bajar en mi turno al monstruo que acabo de montar. La elección de la siguiente acción no es nada fácil. Me ha parecido ideal que siendo netamente infantil, ya les exige a los niños una capacidad de planificación que he visto en pocos juegos. Está en una caja pequeña, con un tablero de tamaño discreto, lo cual facilita poder llevarlo a todos sitios y las partidas son rápidas, de 15 – 30 minutos. El tren donde se montan los monstruos es precioso y los dibujos, infantiles, pero bien ejecutados. Sin duda, el más celebrado en la mesa infantil de León Lúdico. Gustó mucho a todos los niños que lo jugaron, incluso los más pequeños (3 – 4 años), que se devanaban los sesos para decidir qué hacer. Y es lo suficientemente entretenido para enganchar a los padres y animarlos a compartir con niños un juego demandante. Aunque en edades más avanzadas se pueda preferir dedicar el tiempo a juegos más sofisticados, éste no desmerece en ninguna mesa. Y es una satisfacción que sea español. Sólo puedo encontrarle un defecto. Lamento que no hubiera salido al mercado hace seis años, con mis hijos con una edad de 4 y 6 años. Lo habríamos desgastado con el uso.